La familia
constituye un grupo de individuos inmersos en una sociedad y cultura
determinada. Dentro de ella, se establecen relaciones interpersonales
y supone una inmersión en el mundo social.
La familia es muy
importante para el desarrollo psicosocial de los niños. Las
relaciones y vínculos que se establecen en la infancia dentro de la
familia condicionarán el desarrollo y la calidad de los lazos
afectivos que se produzcan durante el resto de la vida.
Diana Baumrind
(1972) recogió información de las prácticas educativas de los
padres con los hijos preescolares a partir de dos variables: la
exigencia y la receptividad. Las combinaciones entre estas variables
ofrecen cuatro estilos educativos paternos:
PADRES
PERMISIVOS: cuidan y aceptan a los hijos pero evitan las
demandas o controles de cualquier tipo. Se permite que los niños
establezcan sus propias normas a edades en las que no están
capacitados para ello. Como consecuencia, si no se han establecido normas por parte de los padres, los niños no sabrán aplicarlas.
Consecuencias de
este estilo educativo en los hijos:
- Inmaduros.
- Dificultad para el autocontrol.
- Desobedientes y rebeldes, pudiendo llegar a ser agresivos, cuando se les pide algo contrario a sus deseos.
- Demandan mucho y son muy dependientes de los adultos.
- Presentan un bajo desarrollo moral.
PADRES
AUTORITARIOS: muestran altos niveles de control y exigencias
de madurez y bajos niveles de comunicación y afecto explícito. Se
establece una comunicación unidireccional y, en el caso de que el
niño no obedezca, se recurre a la fuerza y el castigo.
Consecuencias de
este estilo educativo en los hijos:
- Baja autoestima.
- Pocas habilidades sociales.
- Son pocos reflexivos con sus acciones.
Baumrind encontró
que estos niños eran ansiosos, introvertidos e infelices. Además,
observó diferencias entre niños y niñas al interactuar con iguales:
- Niños: se enfadan y se oponen.
- Niñas:
dependientes, no exploradoras y se retiran de tareas desafiantes.
PADRES
INDIFERENTES: es una paternidad no exigente con una conducta
indiferente o de rechazo. Muestran un bajo compromiso en la educación
de los hijos, tanto a nivel de desarrollo personal como a nivel académico.
Este estilo
educativo llevado a límites extremos es una forma de maltrato
infantil llamado negligencia.
Consecuencias de
este estilo educativo en los hijos:
- Baja autoestima.
- Inseguridad.
- Dificultades en las relaciones personales.
PADRES
DEMOCRÁTICOS: realizan demandas razonables atendiendo a la
madurez de los hijos, haciéndolas cumplir estableciendo límites e
insistiendo en la obediencia. Se establece una comunicación
bidireccional, permitiendo y escuchando el punto de vista del niño,
fomentando la participación en la toma de decisiones de la familia.
Las normas son coherentes y constantes y, por lo tanto, los niños
las conocen y entienden.
Este estilo
educativo respeta tanto los derechos de los padres como los de los
hijos.
Consecuencias de
este estilo educativo en los hijos:
- Altos niveles de autoestima y autocontrol.
- Capacidad de afrontar situaciones nuevas con confianza e iniciativa.
- Mayores habilidades sociales.
- Fomenta la independencia, la autonomía, el desarrollo moral del niño, su autoconcepto,...
Como señalé en la
entrada anterior, no debemos olvidar que las consecuencias de los
estilos educativos perdurarán en la vida adulta del niño.
La familia es el
primer agente educador y el más importante, por lo tanto, los padres
deben descartar pensamientos u opiniones como “Ya se lo
enseñarán/aprenderá en la escuela”. Todo lo que el niño aprenda
a nivel social, moral e incluso educativo dentro de la familia
beneficiará su desarrollo integral.
La existencia de
hermanos en la familia favorece el nivel de desarrollo social y
cognitivo. Se establecen relaciones de retroalimentación del niño
con los padres y los hermanos:
Los padres se
vuelcan para formar y educar a sus hijos y éstos aprenden no sólo
de sí
mismos sino también del resto de hermanos.
No obstante, para
que se establezca una calidad adecuada en la relación entre los
hermanos se debe cuidar la calidad de la relación que establecen los
padres con sus hijos. Se han planteado dos hipótesis:
- “Compensación de hermanos”: los hermanos pueden desarrollar una relación más cercana y cálida ante situaciones de relativa carencia del cuidado paterno.
- “Hostilidad por el favoritismo de los padres”: los hermanos pueden desarrollar relaciones hostiles si perciben que son peor tratados que el otro.
Por ello, la
existencia de hermanos es buena en el desarrollo de los niños
siempre y cuando se establezcan relaciones suficientes, equilibradas
y afectivas entre los padres y los hijos.
Entonces, si el
estilo educativo no es el adecuado, ¿podemos modificarlo? Y, ¿cómo
hacerlo?
Buenas noches Noemi: esta entrada es muy interesante porque clarifica los cuatro grupos de padres que pueden existir, por consiguiente los cuatro tipos de hijos/as que puede haber en una sociedad.
ResponderEliminarLo que más me preocupa es el gran número de padres indiferentes que hay hoy en día. El principal inconveniente, es que no tienen ningún compromiso con la educación de sus hijos. Todo ello conlleva un grave problema social y va en detrimento de otros que tienen que enseñares lo que no han aprendido antes.
Un Saludo.
Gracias por tu comentario. Estoy de acuerdo contigo, incluso podemos ver cuando vamos por la calle gran cantidad de padres indiferentes o permisivos, y al mismo tiempo vemos niños con conductas negativas hacia los padres, abuelos y, en general, hacia la sociedad. No se si esos padres se darán cuenta de esas conductas negativas y de las consecuencias que acarrea su estilo educativo, pero gran labor tienen los maestros y demás educadores formales y no formales para que los padres acaben dándose cuenta y mejoren la calidad educativa de sus hijos. Es muy difícil corregir ciertos comportamientos en la escuela si en casa los niños hacen (y se les permite) lo contrario.
EliminarUn saludo.