viernes, 30 de noviembre de 2012

Elección de actividades extraescolares

En este post voy a tratar la elección de las actividades extraescolares ya se realicen en instituciones educativas como el colegio o academias, en los centros cívicos, en campamentos,...
Cuando el niño aún es pequeño, los padres deberán elegir las actividades extraescolares según los intereses del hijo. Nunca se debe sobre cargar la semana de actividades, pues también es importante el tiempo en familia y en el parque, o en actividades compartidas con los padres.
Posteriormente, la elección de las actividades deberá realizarse mediante un consenso entre los padres y el hijo. Por un lado, no se deben imponer actividades al niño ya que quizá no le interesen y, por lo tanto, no aproveche ese tiempo. Por otro lado, no se debe permitir que el niño elija actividades sin pensarlo ya que es posible que acabe abandonando alguna.
El consenso en la elección de actividades y en el número de ellas debe basarse en:

  1. El interés del niño por la temática de la actividad.
  2. Según el tiempo disponible, pues el niño debe tener tiempo para pasar en familia, tiempo para jugar con la pandilla, para estudiar e, incluso, para no hacer nada.
En mi opinión, no es bueno apuntar a nuestros hijos a múltiples actividades "para que tengan ocupadas todas las horas del día y no se aburran". Conozco casos en los que niños, incluso de 3 años, pasan 10-12 horas en el colegio. Quizá deberíamos plantearnos si está bien que los niños estén en la escuela tantas horas.
Todas esas horas que el niño pasa en la escuela y en actividades fuera de casa, son horas que la familia no disfruta de sus hijos. Además, éstos son principalmente educados por la escuela (actividades de educación formal y no formal), pues es allí donde pasan la mayor parte de las horas y de los días.
En cuanto a los padres, perderán diversos momentos con sus hijos, que serán irrecuperables pues no se puede volver atrás.
Soy consciente de que hay situaciones familiares difíciles cuya única opción sea esa, pero se debe intentar mejorar, dando los padres a sus hijos momentos de calidad aunque éstos sean reducidos. Además, sería bueno que el niño variase de lugar y no estuviese en el colegio tantas horas (horas de educación formal más las horas de actividades extraescolares).
A continuación aparece un podcast sobre si sobrecargamos a los niños con actividades extraescolares:


RELACIONES QUE SE ESTABLECEN ENTRE LOS NIÑOS EN LAS ACTIVIDADES EXTRAESCOLARES

Muchas veces, las actividades extraescolares se llevan a cabo en un ambiente distendido, donde se permite la comunicación entre los niños. No obstante, esta comunicación suele estar centrada en los aspectos propios de la actividad. Por otro lado, como sucede en la escuela, los comportamientos estarán regulados por el adulto que imparte la actividad.
Por lo tanto, podemos observar que las relaciones que se establecen entre los niños en estas actividades no son las mismas que se establecen dentro de la pandilla.

Entonces, ¿deberían los padres favorecer que vuelva de nuevo la pandilla de niños?

viernes, 23 de noviembre de 2012

Relaciones que se establecen entre el niño y la escuela


En la escuela se establecen diversos tipos de relaciones, pero nos vamos a centrar en:
  • Relaciones horizontales: se establecen entre iguales.
  • Relaciones jerarquizadas: se establecen entre los niños y los maestros.
Las relaciones horizontales que se dan en la escuela siempre están reguladas por un adulto, por lo tanto difieren de las que se establecen dentro de la pandilla, pues en ésta los niños regulan sus conductas.
En cuanto a las jerarquizadas, los niños establecen relaciones más o menos afectivas con sus distintos maestros. Éstos son figuras de referencia importantes en el desarrollo del niño, influyendo en la construcción de su personalidad. No debemos olvidar que la familia es la principal figura educadora y de referencia.

Dentro de estas relaciones pueden darse conflictos, veámoslos por separado:
Relaciones horizontales:
Por un lado, puede darse el acoso escolar, denominado también bullying. Una definición breve pero clara y concisa es la que aparece en la Wikipedia:
        “Forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre 
         escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado”.
En el siguiente enlace a Wikipedia podemos ampliar este concepto. También se trata este tema en el siguiente blog.
Por otro lado, de forma menos violenta y premiada por la sociedad, se dan relaciones competitivas entre los niños, incluso a edades muy tempranas. Esta competitividad regula la mayor parte de las relaciones de amistad que pueden darse en la escuela, alardeando el niño de sus logros ante sus compañeros y amigos, y no sabiendo encajar sus fracasos.
Relaciones jerarquizadas:
Por un lado, podemos encontrar el maltrato físico y/o psicológico de maestros hacia los niños. Éste está penado por la legislación vigente, está mal visto socialmente y a través de él no se consigue nada beneficiosoo para el niño, sino todo lo contrario.
Por otro lado, encontramos el maltrato hacia los maestros. Actualmente, debido a factores como la baja consideración social hacia ellos y el poco apoyo que reciben por parte de las familias, hace que algunos sufran maltrato por parte de los niños e incluso de las famlias. Muchas veces, los niños que maltratan a sus maestros están respaldados por sus padres, de manera que cuando se informa a los padres, éstos se muestran indiferentes o incluso agresivos.

Podemos observar que en muchas de las conductas que se dan o relaciones que se establecen en las escuelas, subyace de nuevo el estilo educativo de los padres. Diversos estudios demuestran que los niños que han sido educados con un estilo democrático son más empáticos con sus compañeros, resuelven de forma pacífica sus conflictos, muestran mayor respeto hacia sus compañeros y hacia sus maestros,...
Por otro lado, podemos observar que las relaciones que se establecían dentro de las pandillas no pueden identificarse con las que se establecen en las escuelas, pues difieren en quién regula las conductas de los niños.

Entonces, ¿podríamos pensar que en la educación no formal es posible que los niños establezcan relaciones semejantes a las de la pandilla?

sábado, 17 de noviembre de 2012

La comunidad: su evolución e importancia


Uno de los agentes educativos que participan en el desarrollo integral del niño es la comunidad. Con ella nos referimos al barrio o pueblo donde vive la familia. Este agente educativo está formado por todas las personas que viven en dicho lugar de cualquier edad, género, condición,...
Me voy a centrar principalmente en los barrios de las ciudades y de los pueblos más o menos grandes, pues en los pueblos pequeños aún se da este agente educativo, aunque poco a poco se va perdiendo también.

Hace no tantos años, se veían cuadrillas o pandillas de niños jugando por las calles, parques y plazas de las distintas localidades. En estos lugares se formaban amistades, se jugaba y surgían conflictos:
  • Amistades: podían ser niños del mismo colegio o de colegios cercanos, incluso familiares de vecinos que iban a sus casas de visita. Estas amistades se establecían entre niños de distintas edades.
  • Juegos: con ellos se desarrollaban múltiples capacidades cognitivas (precisión mediante las canicas o la peonza,...), físicas (a través de la bicicleta, patines, juegos de carrera,...) y sociales (cooperación, empatía, tolerancia, solidaridad,...). Pinchando aquí podemos ver una página muy interesante acerca de los juegos en la calle.
  • Conflictos: podemos dividirlos en dos tipos:
    • Hacia la comunidad: se solían dar debido a comportamientos negativos en la comunidad como el vandalismo infantil, la falta de precaución, la irresponsabilidad,... Estos conflictos los solía regular cualquier persona que presenciase estas conductas así como el resto de miembros de la pandilla.
    • Dentro de la pandilla: se daban debido a los malos entendidos, al incumplimiento de las normas, opiniones contrarias,... Estos conflictos se solían resolver en su mayoría a través de la mediación de los amigos, llegando a un consenso entre las partes. La resolución de problemas se daba en el momento en el que sucedía, volviendo a tener la misma relación anterior al conflicto.
      Es importante destacar que en la resolución de estos conflictos, excepto en aquellos más graves, no intervenía la familia ni adultos cercanos, favoreciendo las capacidades de resolución de conflictos entre los niños.
Poco a poco, debido entre otros aspectos a miedos de las familias y a la sobreestimulación intelectual a través de múltiples actividades de la educación no formal, se han ido perdiendo las pandillas, así como los múltiples beneficios que de ellas se derivan.
Es cierto que los niños siguen acudiendo a los parques a jugar, incluso establecen amistades o se encuentran con sus compañeros del colegio, lo cual es beneficioso para su desarrollo. No obstante, en dicho lugar o en cafeterías cercanas se encuentran los padres. Muchos de ellos no suelen permitir la resolución de conflictos entre los niños, interviniendo, defendiendo a sus hijos aunque éstos hayan causado el problema, incluso extendiendo los conflictos infantiles a conflictos entre los padres y/o madres, llegando a agravarse la situación.
Actualmente, por lo general, no existen las pandillas de niños; además, las familias no permiten que otros adultos regulen los comportamientos inadecuados de sus hijos debido a la sobreprotección de los padres hacia los hijos, convirtiéndoles en “pequeños príncipes o reyes” que pueden hacer lo que quieran.
Otro factor para que otros adultos no intervengan en la regulación de determinadas conductas negativas que afectan a la sociedad es debido al uso inadecuado por parte de los niños de sus derechos, llevándoles al extremo y usándolos en su propio beneficio. En la mayor parte de estos casos, los niños incumplen sus deberes y obligaciones dentro de la sociedad. No debemos olvidar que los niños tienen unos derechos, pero también unos deberes dentro de la sociedad por formar parte de ella.
Podemos observar que a estos comportamientos subyacen, en su mayoría, los estilos educativos de los padres, apreciándose las distintas consecuencias derivadas de los mismos.

¿Creéis que es beneficiosa la desaparición de este agente educativo? En el caso de la desaparición de la pandilla, ¿son iguales las relaciones que se establecían dentro de la pandilla que las relaciones que se establecen entre iguales dentro de la escuela?

Me ha parecido interesante el post del siguiente blog, en el que nos dan una visión general sobre una normativa municipal que afecta a este agente educativo. Aunque, en mi opinión, se podrían realizar múltiples reflexiones acerca de esta normativa.




viernes, 9 de noviembre de 2012

Cómo cambiar el estilo educativo familiar y mejorar la educación de los hijos

El estilo educativo familiar siempre se puede mejorar. No obstante, no es un trabajo sencillo, es necesario un alto compromiso y mucho esfuerzo. Debemos tener en cuenta que se pasará mal y habrá momentos de flaqueza pero, ante todo, tenemos que recordar que será beneficioso para el niño, favorecerá su desarrollo íntegro, consiguiendo que en su vida adulta tenga unos valores sólidos, una personalidad fuerte y podrá establecer relaciones interpersonales positivas.

¿Cómo comenzamos? Reconociendo que algo en la conducta de nuestro hijo no está bien: burlas continuas, indiferencia a las peticiones, desobediencia, insultos, violencia,... Estas conductas, en un principio, pueden parecer insignificantes y se las justifica con frases como "bueno, es que aún es pequeño", "ya se le pasará", "no sabe lo que hace", pero que progresivamente se van agravando hacia conductas más violentas y, en otros casos, depresivas.
Para tener todas recogidas, realizaremos una lista con aquellas conductas que queremos suprimir o modificar. Posteriormente, las clasificaremos según nuestras prioridades.
Después, elegiremos de la lista anterior aquella conducta que más nos preocupa, convirtiéndose en nuestro objetivo.
A partir de aquí, debemos ser fuertes para que en los diferentes momentos donde se dé la conducta a modificar toda la familia trabaje en la misma dirección manteniendo los castigos, ignorando las conductas negativas, haciendo respetar las normas, alabando aspectos positivos de la conducta adecuada...
Cabe la posibilidad de que un progenitor quiera mejorar y el otro sea indiferente. Esto no debe suponer un problema, aunque lo ideal es la colaboración y cooperación entre ambos. Se debe actuar en la misma línea, nunca contradiciendo al otro delante del niño pues esto refuerza la conducta negativa. Cuando surgen intereses contrarios, deben hablarse para llegar a un acuerdo sin que el niño esté delante.
Conseguido este objetivo, continuaremos con la siguiente conducta negativa que habíamos apuntado en la lista, y así sucesivamente.



Los padres deben recordar que no están solos, el maestro/a puede asesorar sobre cómo llevar este proceso a cabo o si se va en una buena dirección.
Ante la comunidad y la familia que no convive con el niño los padres no pueden pensar "¿Qué van a decir/pensar?" o "Bueno, dejaré que haga lo que quiera y ya cuando estemos en casa...". Esto no hace otra cosa que dar un paso hacia atrás y reforzar la conducta negativa.
No hay que desanimarse si el niño retrocede pues durante el tiempo de cambio puede parecer que ha vuelto a la conducta inicial, pero en realidad es el paso previo del establecimiento de la conducta correcta.

Por último, aunque el objetivo fundamental es modificar la conducta del niño, esto no es posible si no va acompañado de un cambio en el estilo educativo de la familia, por lo que debemos mantener las destrezas adquiridas y las formas de actuar durante todo el desarrollo del niño y ante el resto de conductas negativas que se puedan dar durante dicho desarrollo.

Podemos observar métodos de actuación en el programa "Supernanny" en el que se establecen acciones para mejorar o eliminar determinadas conductas negativas en los niños.

¿Cómo sabes que lo que haces es lo correcto? Para ello debes preguntarte: ¿Qué clase de persona quiero que sea mi hijo de mayor?

  • Caprichoso.
  • Violento.
  • Responsable.
  • ....


viernes, 2 de noviembre de 2012

La educación en la familia


La familia constituye un grupo de individuos inmersos en una sociedad y cultura determinada. Dentro de ella, se establecen relaciones interpersonales y supone una inmersión en el mundo social.
La familia es muy importante para el desarrollo psicosocial de los niños. Las relaciones y vínculos que se establecen en la infancia dentro de la familia condicionarán el desarrollo y la calidad de los lazos afectivos que se produzcan durante el resto de la vida.

Diana Baumrind (1972) recogió información de las prácticas educativas de los padres con los hijos preescolares a partir de dos variables: la exigencia y la receptividad. Las combinaciones entre estas variables ofrecen cuatro estilos educativos paternos:

PADRES PERMISIVOS: cuidan y aceptan a los hijos pero evitan las demandas o controles de cualquier tipo. Se permite que los niños establezcan sus propias normas a edades en las que no están capacitados para ello. Como consecuencia, si no se han establecido normas por parte de los padres, los niños no sabrán aplicarlas.
Consecuencias de este estilo educativo en los hijos:
  • Inmaduros.
  • Dificultad para el autocontrol.
  • Desobedientes y rebeldes, pudiendo llegar a ser agresivos, cuando se les pide algo contrario a sus deseos.
  • Demandan mucho y son muy dependientes de los adultos.
  • Presentan un bajo desarrollo moral.




PADRES AUTORITARIOS: muestran altos niveles de control y exigencias de madurez y bajos niveles de comunicación y afecto explícito. Se establece una comunicación unidireccional y, en el caso de que el niño no obedezca, se recurre a la fuerza y el castigo.
Consecuencias de este estilo educativo en los hijos:
  • Baja autoestima.
  • Pocas habilidades sociales.
  • Son pocos reflexivos con sus acciones.
Baumrind encontró que estos niños eran ansiosos, introvertidos e infelices. Además, observó diferencias entre niños y niñas al interactuar con iguales:
  • Niños: se enfadan y se oponen.
  • Niñas: dependientes, no exploradoras y se retiran de tareas desafiantes.

PADRES INDIFERENTES: es una paternidad no exigente con una conducta indiferente o de rechazo. Muestran un bajo compromiso en la educación de los hijos, tanto a nivel de desarrollo personal como a nivel académico.
Este estilo educativo llevado a límites extremos es una forma de maltrato infantil llamado negligencia.
Consecuencias de este estilo educativo en los hijos:
  • Baja autoestima.
  • Inseguridad.
  • Dificultades en las relaciones personales.
PADRES DEMOCRÁTICOS: realizan demandas razonables atendiendo a la madurez de los hijos, haciéndolas cumplir estableciendo límites e insistiendo en la obediencia. Se establece una comunicación bidireccional, permitiendo y escuchando el punto de vista del niño, fomentando la participación en la toma de decisiones de la familia. Las normas son coherentes y constantes y, por lo tanto, los niños las conocen y entienden.
Este estilo educativo respeta tanto los derechos de los padres como los de los hijos.
Consecuencias de este estilo educativo en los hijos:
  • Altos niveles de autoestima y autocontrol.
  • Capacidad de afrontar situaciones nuevas con confianza e iniciativa.
  • Mayores habilidades sociales.
  • Fomenta la independencia, la autonomía, el desarrollo moral del niño, su autoconcepto,...

Como señalé en la entrada anterior, no debemos olvidar que las consecuencias de los estilos educativos perdurarán en la vida adulta del niño.

La familia es el primer agente educador y el más importante, por lo tanto, los padres deben descartar pensamientos u opiniones como “Ya se lo enseñarán/aprenderá en la escuela”. Todo lo que el niño aprenda a nivel social, moral e incluso educativo dentro de la familia beneficiará su desarrollo integral.

La existencia de hermanos en la familia favorece el nivel de desarrollo social y cognitivo. Se establecen relaciones de retroalimentación del niño con los padres y los hermanos:
                Los padres se vuelcan para formar y educar a sus hijos y éstos aprenden no sólo de sí 
                mismos sino también del resto de hermanos.
No obstante, para que se establezca una calidad adecuada en la relación entre los hermanos se debe cuidar la calidad de la relación que establecen los padres con sus hijos. Se han planteado dos hipótesis:
  • Compensación de hermanos”: los hermanos pueden desarrollar una relación más cercana y cálida ante situaciones de relativa carencia del cuidado paterno.
  • Hostilidad por el favoritismo de los padres”: los hermanos pueden desarrollar relaciones hostiles si perciben que son peor tratados que el otro.
Por ello, la existencia de hermanos es buena en el desarrollo de los niños siempre y cuando se establezcan relaciones suficientes, equilibradas y afectivas entre los padres y los hijos.

Entonces, si el estilo educativo no es el adecuado, ¿podemos modificarlo? Y, ¿cómo hacerlo?