lunes, 10 de noviembre de 2014

Los animales en el desarrollo del niño

Reflexionando sobre la conveniencia o no de tener animales domésticos en casa en estos tiempo que corren, me surgieron varias dudas que creo he podido resolver.

En un mundo como el de hoy, que cuando hace frío los niños no salen a la calle o al parque a jugar (no como antes que sí salíamos) perdiendo de esta forma el grupo de socialización denominado "la pandilla",... Los niños suelen quedarse en casa y, tras haber realizado las tareas escolares, pasan horas viendo la televisión, jugando con videoconsolas,...durante mucho tiempo, incluso varias horas antes de cenar e irse a dormir. (Puntualizo que esto no siempre sucede así, pero pongámonos en casos extremos).

Tener una mascota desde que el niño es pequeño beneficia tanto su desarrollo físico como cognitivo. El niño aprende a responsabilizarse sobre el cuidado del animal, concienciarse que la mascota tiene unas necesidades que por ella misma y sin ayuda de los dueños no puede satisfacer.

Por otro lado, dependiendo de la mascota, permite un juego compartido tanto interior, más intelectual, como exterior, más activo y físico tanto para el niño como para la mascota. En el caso del juego exterior, se puede dar una socialización y aprendizaje en el niño pues siempre coincidirá con otras personas que también poseen mascota, enriqueciendo sus conocimientos acerca de la educación del animal.

Por último y siendo un tema que no suele tocarse en las escuelas y las familias más que de puntillas, creando un vacío a la hora de afrontarlo es la muerte. Los niños que conviven con animales se familiarizan antes con ese momento tan natural como irremediable que es la muerte. Además, no olvidemos que los animales nos enseñan a que ha de ser un momento tranquilo, natural, en el cuál se necesita paz y serenidad de aquellos que están alrededor.

Por todas estas conclusiones a las que llegué tras mi reflexión, creo muy apropiado el que los niños tengan mascotas-amigos (además por supuesto de su grupo de pares y pandilla si pudiera ser) para un enriquecimiento del niño a nivel social, físico, cognitivo y moral. No obstante, siempre se debe tener en cuenta que los animales son seres vivos, que sienten y que no son juguetes que luego ya no gustan y nos deshacemos de ellos....

Si se os ocurren más u otras conclusiones me gustaría conocerlas...

lunes, 3 de febrero de 2014

Intervención educativa: el castigo masivo

Gracias a una actividad de una de las asignaturas que estoy cursando, pude desarrollar con la colaboración de una maestra una intervención educativa para favorecer el aprendizaje, en principio de una alumna y, por extensión, también se favoreció el aprendizaje de otro niño. De forma general en el aula, la aceptación fue buena y el resto de alumnos también están obteniendo beneficios de esta forma de trabajo.

Primero voy a exponer las características del colegio y del entorno en el que se encuentran inmersos estos alumnos:
  • Barrio obrero: encontramos familias desestructuradas, con un alto riesgo social, pertenecientes a familias de clase baja o media-baja. En el entorno existe un foco de drogadicción.
  • Barrio multicultural: encontramos familias de diferentes países y etnias.
  • El colegio es amplio, con unos 200 niños matriculados, conviviendo múltiples culturas. Hay un alto grado de absentismo escolar por diferentes razones.
En cuanto a estos niños, especificaré las características más importantes:
  • Son niños que no querían realizar actividades, exámenes, trabajos,...
  • La niña busca una atención constante por parte de la maestra debido a problemas familiares.
  • El niño tenía problemas de inseguridad ante la falta de aprendizaje de conocimientos base requeridos en las actividades posteriores.
  • Ambos niños tienen una actitud favorable hacia la maestra, valorando sus actuaciones.
  • Existían problemas para que acataran los castigos impuestos, así como con la imposición de tareas, actitudes,...
  • No asumían sus responsabilidades.
Lo primero que realicé fue una observación sistemática narrativa en la que iba anotando todos aquellos aspectos relevantes para la posterior intervención. Los niños no conocían el motivo por el que yo estaba allí, permitiéndome ver sus actitudes naturales.
Esta observación también permitió a la maestra conocer un poco mejor a sus alumnos, pues había compañeros que tapaban sus comportamientos negativos con los comportamientos de los alumnos conflictivos.

Con los resultados obtenidos de la observación y los datos personales de los alumnos, colaboré con la profesora a la hora de desarrollar unas acciones que beneficiaran el aprendizaje y el comportamiento de los niños.

Las acciones llevadas a cabo se implantaron progresivamente, debía estar la primera interiorizada para introducir la siguiente. El orden de introducción es el siguiente:

1- El castigo masivo: la mayor motivación escolar que tienen estos niños es el poder salir al recreo; además, muchas veces la maestra caía en la amenaza en vez del hecho, aprovechándose de ello los niños.
Se trata de que los alumnos (todos) comienzan la clase castigados sin recreo: en cada período breve de clase (en este caso, 10 minutos), se evalúa el trabajo y el comportamiento de los alumnos, si este es favorable recuperan 5 minutos de recreo, si no, se quedan esos minutos castigados. Los minutos restantes irán tapados por una tira móvil con el nombre del alumno. Esta valoración la realizan ellos, asumiendo su responsabilidad sobre sus actos.
El material físico empleado se basa en unas casillas de X minutos por cada niño y una tira de papel que va destapando esos minutos:

Minutos destapados = Tiempo de recreo disfrutado

2- Trabajo en grupo: se realiza el trabajo de aula en varios grupo, compitiendo entre ellos. Este trabajo se basa en que todos los miembros del grupo han de saber realizar la actividad propuesta, estando capacitados para explicarla a toda la clase. Con ello, conseguimos favorecer la implicación personal de estos niños, involucrándose en su trabajo, y en el del grupo, puesto que si ellos fallan (por no prestar atención a la explicación de sus compañeros o porque el grupo no se ha molestado en explicarlo) pierde el grupo. En este caso, la recompensa es distinta del recreo, aplicándose la norma anterior al comportamiento individual de los miembros del grupo.

3- Permitir ciertos materiales en los exámenes: el niño no realizaba los exámenes puesto que no sabía conocimientos anteriores necesarios. En los exámenes se le dejó utilizar las tablas de multiplicar debido a los siguientes supuestos:
  • No saber las tablas de multiplicar de memoria implica suspender el resultado de las cuentas pero no la mecánica de cómo se debe organizar la multiplicación.
  • Pero no debe implicar el suspender el razonamiento matemático (resolución de problemas).
De esta forma se puede realizar una evaluación más objetiva del dominio de los contenidos del currículum.

VALORACIÓN GENERAL

La valoración general ha sido satisfactoria:
  • Se ha conseguido una mayor implicación de estos niños en su propio aprendizaje.
  • Se ha logrado un trabajo más continuo en cada una de las sesiones, favoreciendo el aprendizaje de todo el aula.
  • Se ha favorecido la asunción de responsabilidades ante el propio comportamiento.
  • Se ha conseguido una implicación del grupo para ayudar a los compañeros con dificultades.
  • Se ha aumentado la seguridad en sí mismos de estos niños.
  • Los resultados de la última evaluación han resultado favorables, recuperando estos niños conocimientos pasados útiles para el futuro.